Los cristianos han visto siempre en esa referencia el don del Bautismo, el don de la Eucaristía, la Presencia viva, la Compañía viva de Dios a nuestro camino sudoroso, doliente, por la vida.
Confiados en esas entrañas de misericordia que nos acogen y nos abrazan a cada uno en todas las circunstancias, Te suplicamos:
Padre Nuestro que estás en el Cielo,
santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino.
Hágase tu Voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.
Amén
+ Javier Martínez
Arzobispo de Granada
27 de marzo de 2018
Plaza de las Pasiegas, Martes Santo