Reflexión y oración ante la Sagrada Imagen del Huerto de los Olivos, en la estación de penitencia de su hermandad en la S.I Catedral el Lunes Santo.
Fecha: 15/04/2019
Según una
tradición judía, a Adán en el Paraíso le servían los ángeles. Y esa tradición
está manifestada en muchos textos y anécdotas, y es una tradición riquísima de
sentido. Incluso se llegaba a decir que el “non serviant”, el “no serviré”, de
Satán, de Lucifer, que lo arrojó al abismo, fue su negación a servir a alguien que
era mucho más pequeño que él, que era el hombre.
Curiosamente,
en el Evangelio aparecen por dos veces los ángeles acompañando a Jesús,
sirviendo a Jesús. Una, después de las tentaciones. El evangelista San Marcos
dice que, después de vencer la tentación, los ángeles Le servían en el
desierto. El desierto se convertía así, porque Jesús estaba allí, en un
Paraíso. Y la otra, en este momento, en el momento de la agonía, en el momento
de la angustia más feroz, alguien me decía hace mucho poco tiempo: “No tengo
miedo a morir, porque no tengo miedo a Dios. Lo que me da miedo es lo que viene
justo antes de la muerte”. Era un chico enfermo. En la angustia de Jesús, el
día antes de su muerte vuelve a aparecer el ángel.
Señor, en
el momento de la soledad más tremenda, de la angustia, del desierto donde uno
está solo, casi en el silencio y casi en la ausencia de Dios, también el Señor
recrea el Paraíso, se vuelve a hacer un momento de gracia.
En los
momentos de nuestros dolores, después de aquella agonía de Getsemaní, en el
Huerto de los Olivos, siempre, siempre, está el Señor; y siempre, siempre, nos
acompaña su Gracia, mediante sus ángeles, que, a veces, tienen la forma de un
ser querido, de un familiar. Pero, aunque no hubiera nadie, Cristo está con
nosotros, Él está con nosotros, y el dolor más grande vuelve a recrear el Paraíso,
en esta tierra de dolor y de muerte.
ORACIÓN:
Padre Nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden,
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Amén.
+ Javier
Martínez
Arzobispo de Granada
Plaza de las Pasiegas (Granada)
15 de abril de 2019