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Un año de gracia del Señor

III Domingo de Adviento. Ciclo B

Fecha: 14/12/1969. Publicado en: Semanario Diocesano Luz y Vida 567, 6

El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido.
Me ha enviado para dar la buena noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos y a los prisioneros la libertad, para proclamar el año de gracia del Señor.
Desbordo de gozo con el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un traje de gala, y me ha envuelto en un manto de triunfo, como novio que se pone la corona, o novia que se adorna con sus joyas .
Como el suelo echa sus brotes, como un jardín hace brotar sus semillas, así el Señor hará brotar la justicia y los himnos, ante todos los pueblos.
(Isaías, 61, I-2ª., 10-11.)



UN AÑO DE GRACIA DEL SEÑOR

Israel siempre tuvo conciencia de que si él era algo, lo era gracias a que Dios le había librado de la opresión de Egipto.
Desde entonces, Dios es "el libertador de Israel". Y cada nueva manifestación de Dios es una liberación, un rescate que Dios hace del pueblo que Él ha elegido para sí.
Igual que los domingos pasados, la lectura de Isaías nos sitúa ante el gozo por la venida inminente del Señor: Él hará brotar la justicia y los himnos ante todos los pueblos, e Israel desborda de gozo como unos novios que se preparan para la boda. En los primeros versículos, el profeta describe su misión, y nos da el motivo de tanta alegría; él ha sido enviado para anunciar un “evangelio” una buena noticia: la liberación de los cautivos, "el año de gracia del Señor" . Bajo esta expresión el profeta alude a la ley del año jubilar (Lev, 25, 8ss.), que se inauguraba al son de trompeta y era año de franquicia en todo el país. Todas las tierras y patrimonios vendidos volvían a la posesión de su primer dueño, y se perdonaban todas las deudas; había, además, que liberar a los esclavos israelitas. El motivo de la ley es religioso: la tierra de Canaán es posesión de Dios, que se la dio a Israel y no puede ser estrictamente vendida; tampoco los israelitas pueden ser reducidos a esclavitud perpetua, porque son la heredad de Dios que los liberó de Egipto . El "año de gracia" era para Israel un recuerdo de la liberación de Egipto, y una prenda de la definitiva liberación que hará el Señor cuando venga; es esta venida de Dios el evangelio gozoso que anuncia el profeta.
Un día Jesús leerá estas palabras de Isaías en la sinagoga de Nazaret ; y su comentario será: Esta Escritura que acabáis de oír se ha cumplido hoy. Y cuando los discípulos del Bautista le pregunten : ¿Eres Tú el que ha de venir?, Jesús dará como respuesta que los ciegos ven y los cojos andan, y a los que sufren se les anuncia la Buena Nueva . Con su venida se inaugura el "año de gracia" de que habló el profeta . El venda los corazones rotos y trae la reconciliación y la libertad. Es en su persona -¡y dichoso quien no se escandalice!- donde aprenden los hombres qué quiere decir ser libre.
F. J. Martínez.

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