Fecha: 01/10/2003. Publicado en: Boletín Oficial del Arzobispado de Granada. Nº 66. p. 151
1 de octubre del 2003
Fiesta de Santa Teresa de Lisieux, virgen y doctora de la Iglesia
Queridos hermanos y amigos:
Ante todo, quiero desearos a todos los que no he tenido ocasión de ver después del verano que éste haya sido un momento de gracia, y también de descanso fecundo, que permita acometer el curso con nuevas fuerzas. Con nuevas fuerzas, y con una esperanza renovada en el Señor, que está con nosotros “todos los días, hasta el fin del mundo” (Mt 28,20). Dios quiere hacer su obra precisamente a través de nuestra pequeñez, y a pesar de nuestras flaquezas y de nuestro pecado. ¡Su alianza es eterna, la fidelidad de su amor permanece para siempre!
En estos meses que han seguido a la inauguración de mi ministerio he tenido ocasión de encontrarme con casi todos vosotros, en las visitas que he podido hacer a algunas parroquias, y en las reuniones de Vicaría o de Arciprestazgo. A ese primer encuentro deberán seguir otros que nos permitan crecer en el afecto mutuo. Afecto y amistad como la que Jesús tenía con sus discípulos (“Vosotros sois mis amigos”, cf. Jn 15,14). Sólo de ese afecto, y de una amistad así, podrá brotar un trabajo pastoral gozoso y fecundo. A mi relación con los sacerdotes, todo lo cercana que Dios permita y que vosotros queráis, quiero dedicar lo mejor de mis energías.
Hoy os escribo para haceros partícipes de una iniciativa pastoral para jóvenes, promovida desde la Delegación de Pastoral Universitaria, muy sencilla y concreta, pero que en mi experiencia ha dado mucho fruto, y que pienso que también lo ha de dar entre nosotros.
Se trata de la Iª Peregrinación Diocesana de Universitarios al Santuario de la Virgen del Martirio, en Ugíjar, que tendrá lugar los días 17- 19 de octubre (de viernes a domingo, haciendo un camino a pie entre el viernes y el sábado de unos treinta y cinco kms.). Es una ocasión de oro para iniciar la tarea de la pastoral Universitaria, que es una de las misiones y de los retos más importantes que tenemos en la Diócesis. La peregrinación puede servirnos, a vosotros para estimular y compartir con vuestros universitarios o vuestros jóvenes un momento de gracia privilegiado, y a mí para encontrarme con algunos grupos y jóvenes que tengan deseo de vivir la vida cristiana, o de abrir un espacio de libertad para la fe y para la Iglesia en la Universidad.
El Santuario de la Virgen del Martirio de Ugíjar ha sido escogido por su especial significación histórica y por su entorno en La Alpujarra. La Peregrinación puede servir también de preparación para el Año Santo Compostelano que se celebrará el año que viene, con un encuentro de jóvenes europeos, y en el que yo espero que puedan participar muchos jóvenes cristianos granadinos. El lema propuesto para la peregrinación es la frase de S. Pablo “Para mí la vida es Cristo” (Flp 1, 21). A los participantes se les entregará al comienzo de la peregrinación un Libro del Peregrino con algunos materiales que puedan servir para el camino y para después. Acompaño a esta carta un boletín de inscripción para que lo podáis fotocopiar e inscribir a los jóvenes que queráis de vuestras parroquias o de las realidades eclesiales a las que servís. Más adelante recibiréis un cartel, que podéis poner en las puertas de la parroquia o donde lo puedan ver los jóvenes.
Los lugares en que se puede formalizar la inscripción, diariamente hasta el día 15 de octubre, y desde las 18.00 h. hasta las 21.00 h., son:
Misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada
(llamadas también “riquelminas” o “cortijeras”). Plaza Sor Cristina de la Cruz, 1. 18001- GRANADA. (frente a la Escuela de Arquitectos Técnicos o Aparejadores). Tno.: 958 20 19 16.
Capellanía Universitaria. Iglesia de los Santos Justo y Pastor. Plaza de la Universidad (llamada también Plaza de la Facultad de Derecho). Tno.: 958 28 71 52.
Todos sabéis el valor educativo y catequético de las peregrinaciones en la historia de la Iglesia, y los frutos de conversión y de santidad que han producido. San Francisco de Asís y San Ignacio de Loyola fueron ambos peregrinos, así como San Álvaro de Córdoba, el introductor del Vía Crucis en Occidente. Para todos ellos, la peregrinación fue una etapa importante en su camino de conversión. La Europa cristiana se forjó en los caminos que conducen a Santiago de Compostela. La misma experiencia se vuelve a hacer en nuestro tiempo. Un tiempo en que los hombres se desplazan constantemente, por el fenómeno social del turismo, pero un tiempo también en que los hombres hacen con frecuencia solos el camino de la vida, sin conciencia de pertenecer a nada ni a nadie. Se desplazan constantemente de lugar en lugar, y siempre en búsqueda de la felicidad, pero muchas veces los caminos de la vida no conducen realmente a ninguna parte.
Para los jóvenes, el caminar juntos, orando y disfrutando, con una meta clara, en un gesto guiado como es la peregrinación, que es imagen de la vida, tiene un valor enorme, si quienes los acompañan son conscientes de ese valor y saben sacar a la luz su riqueza educativa. En la peregrinación pueden ser ayudados a comprender en qué consiste “el camino cristiano”, y a afrontar la realidad y la vida sin “discursos”, de un modo muy sencillo y concreto. Es, de hecho, una de las pocas ocasiones que tienen de “ver” la Iglesia como Pueblo, y de percibir su sacramentalidad, es decir, de darse cuenta que la Iglesia es una realidad humana traspasada por la presencia de Cristo, y que por eso cambia la vida, y es vínculo de amistad y de unión entre los hombres.
Por último, la Peregrinación, en este momento del año, es una buena ocasión para que los grupos de jóvenes estudiantes cristianos puedan orientar su vida a comienzo de curso, en un momento de oración y de convivencia. Es, por tanto, un buen servicio que la Delegación Diocesana de Pastoral Universitaria ofrece a las parroquias, a los movimientos, así como asociaciones.
Aunque desde ahora podéis poneros en contacto con los dos puntos que se señalan más arriba para aclaración de más detalles de la Peregrinación, quiero hacer de antemano algunas indicaciones importantes:
1) La peregrinación no es para adolescentes o preadolescentes, sino para jóvenes, a partir del comienzo de los estudios universitarios o equivalentes;
2) No importa que sean muchos los que vayan, sino que los que vayan puedan aprovecharse del bien que es la peregrinación. Para ello es esencial que vosotros favorezcáis la inscripción de grupos de jóvenes que están haciendo ya o que están en disposición de hacer un camino educativo en la fe en la parroquia, o en algún movimiento, asociación apostólica o realidad eclesial, y que tienen una seriedad básica en su deseo de vivir la vida cristiana y de seguir a Jesucristo. También es muy importante que cada grupo vaya acompañado de una persona adulta responsable, y si os fuera posible, que les acompañéis vosotros. No debe hacerse en ningún caso una invitación indiscriminada, puesto que podrían apuntarse muchos jóvenes a quienes, en realidad, no les interesa la peregrinación, sino una excursión, y que no irían con las motivaciones justas. Esos jóvenes dificultarían, además, que lo aprovechen los que de verdad quieren hacerla. La peregrinación sólo es útil si después de ella hay una continuidad de acompañamiento.
3) Es deseable que se inscriban grupos de jóvenes que van a hacer el camino acompañados de un sacerdote, de religiosos o religiosas, o de algunos adultos responsables (educadores, catequistas, etc.).
4) A los jóvenes que, previsiblemente, van a inscribirse “por libre”, porque les atrae la iniciativa por el cartel que han visto, o porque son de fuera de Granada y no están integrados en ninguna realidad eclesial de la Diócesis, se les asignará un grupo y un responsable desde la Delegación de Pastoral Universitaria.
5) Aunque parece obvio, no está de más insistir en que sólo es beneficioso para la propia vida aquello que se hace libremente. Por lo tanto, aunque en algunos casos habrá que animar a los jóvenes a ir, y hasta ofrecerles alguna ayuda económica, no se les debe presionar en absoluto: la peregrinación sólo les aprovechará si van porque quieren.
Cada uno de vosotros verá, con una libertad grande, si en sus circunstancias pastorales concretas esta iniciativa puede serle útil. Yo pido al Señor, y a la Virgen, Madre de Dios, que esta primera peregrinación pueda servir para iniciar con los grupos de jóvenes universitarios de la Diócesis una relación buena, que redunde en un crecimiento de la fe y en una mayor conciencia de la misión que ellos y nosotros tenemos en el mundo.
Con todo afecto,
† Javier Martínez Fernández
Arzobispo de Granada