IV Domingo de Adviento. Ciclo B
Fecha: 21/12/1969. Publicado en: Semanario Diocesano Luz y Vida 568, 6
Cuando el rey David se estableció en su palacio y el Señor le dio la paz con todos los enemigos que le rodeaban, el rey dijo al Profeta Natán :
--Mira : yo estoy viviendo en casa de cedro, mientras el arca del Señor vive en una tienda .
Natán respondió al rey :
-Ve y haz cuanto piensas, pues el S eñor está contigo.
Pero aquella noche recibió Natán la siguiente palabra del Señor.
-Ve y dile a mi siervo. David : ¿"Eres tú quien me va a construir una casa para que habite en ella?
Yo te saqué de los apriscos, de andar tras las ovejas, para que fueras jefe de mi pueblo, Israel. Yo estaré contigo en todas tus empresas, acabaré con tus enemigos, te haré famoso como a los más famosos de la tierra . Daré un puesto a Israel, mi pueblo, lo plantaré para que viva en él sin sobresaltos, y en adelante no permitiré que animales lo aflijan como antes, desde el día que nombré jueces para gobernar a mi pueblo, Israel.
-Te pondré en paz con todos tus enemigos, te haré grande y te daré una dinastía. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia y tu trono durará por siempre." (2 Sam 7, 1-5, 8b-I1 . 16.)
En la lectura evangélica de hoy, el ángel dice a la Virgen que el hijo que va a tener "reinará en el trono de David por los siglos . Y en muchos pasajes del Nuevo Testamento, se llama a Jesús "Hijo de David". El origen de estas expresiones es la alianza que Dios concluyó con David, contenida en la lectura del Libro de Samuel de la misa de hoy. Así se comprende la importancia que tuvo para Israel
Durante mucho tiempo Israel había sido una especie de federación de tribus, unidas por un santuario central y una fe común. Fue obra de Saúl, pero sobre todo de David, cuya habilidad guerrera y política libró a su pueblo de perecer en manos de filisteos, el que Israel se convirtiera en una monarquía a la usanza del Antiguo Oriente ; y aunque nunca vio en la realeza una institución divina, garantía de un orden establecido desde siempre por los dioses, el éxito de David pudo hacer creer que las promesas de Dios se habían cumplido .
Mediante el oráculo del profeta Natán, Dios sale fiador de David, y orienta la mirada de su pueblo hacia el futuro, David se había propuesto sustituir el antiguo santuario tribal por un templo, más acorde a la nueva concepción del estado. Así se comprende la importancia que tuvo para Israel la sucesión al trono de David y las Intrigas a que da lugar. Más tarde, Israel sufrirá la dolorosa experiencia del fracaso la monarquía, con la extinción del reino y la deportación a Babilonia. Pero la Palabra de Dios no puede quedar baldía, y la alianza de Dios con David es todo un símbolo, que alentará la esperanza del pueblo. Incluso cuando la monarquía ya no exista. Salmos y profetas anunciarán a un "nuevo David" que mostrará la fidelidad de Dios a su alianza, y que pastoreará a Israel para siempre. Por eso, en los evangelios, "Hijo de David" es una expresión gozosa de quien ve cumplirse las promesas de Dios. Jesús es el Rey que trae a su pueblo la paz y la reconciliación, el "Nuevo David" que anunciaron los profetas el retoño de su raza cuya venida esperan, aún el Espíritu y la Esposa.
F. J. Martínez