Semana Santa 2003
Fecha: 16/04/2003. Publicado en: Boletín Oficial de la Diócesis de Córdoba, IV-V de 2003. Pág. 69
La ley y la tradición de la Iglesia sobre el ayuno y la abstinencia el día de Viernes Santo tiene como razón de ser la memoria de la muerte del Hijo de Dios por nuestros pecados y por los pecados del mundo; la unión en adoración penitencial a su pasión; y la súplica de misericordia, por la sangre de Cristo, también para nosotros y para el mundo entero.
Precisamente, estas tres actitudes, de memoria de la redención, de penitencia por nuestros pecados y los del mundo, y de súplica de misericordia, son especialmente urgentes y necesarias en la sociedad en que vivimos. Las guerras y las destrucciones que les acompañan, en el Medio Oriente, en África y en otros lugares, no son sino un signo especialmente clamoroso de esa urgencia. Por otra parte, la ley del ayuno -por un día- difícilmente supone incomodidad grave en nuestras sociedades de abundancia.
Por eso, teniendo en cuenta todos estos factores, y a pesar de las fuertes tendencias que hay a que se dispense de esa ley, y aunque se haya hecho otros años, considero que dispensándola no estaría yo obrando según el Espíritu de Dios. En la Diócesis de Córdoba, pues, no es dispensada y sigue vigente la ley del ayuno y la abstinencia el día de Viernes Santo, en comunión con la Iglesia Universal.
Evidentemente, como sucede con los demás mandamientos de la Iglesia (a diferencia de los de la Ley de Dios), siempre que haya una causa grave, de necesidad o de caridad, estos mandamientos no obligan. Por ese motivo, la ley del ayuno no obliga, por ejemplo, a los costaleros, ni a los enfermos, o a las personas mayores. Pero no es nunca una causa grave la simple incomodidad que crea el ayuno cuando se vive en un ambiente de vacaciones.
De nuevo exhorto a todos, y especialmente a las familias cristianas, a que retomemos el espíritu de oración y penitencia del Viernes Santo, como una ocasión preciosa que la Iglesia nos ofrece para educarnos en la fe y acercarnos a Dios.
Córdoba, a 16 de abril del año 2003.
† Javier Martínez
Obispo de Córdoba