Card. Joseph Ratzinger
Fecha: 28/07/2008. Publicado en: Mirar a Cristo (1989), Edicep, Valencia, 1990.
“Es interesante recordar que la Iglesia antigua, tras el fin de la época apostólica, desarrolló como Iglesia una actividad misionera relativamente reducida, que no tenía ninguna estrategia propia para anunciar la fe a los paganos, y que, no obstante, su época fue un período de gran éxito misionero. La conversión del mundo antiguo al cristianismo no fue el resultado de una actividad planificada, sino el fruto de la verificación de la fe en el mundo, tal y como se hacía visible en la vida de los cristianos y en la comunidad de la Iglesia. La invitación real, de experiencia a experiencia y nada más, fue, humanamente hablando, la fuerza misionera de la antigua Iglesia. La comunidad de vida de la Iglesia invitaba a la participación en esta vida. Viceversa, la apostasía de la Edad Moderna se basa en la caída de verificación de la fe en la vida de los cristianos. En esto queda demostrada la gran responsabilidad de los cristianos de hoy”.