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Saludo del Sr. Arzobispo en la Misa de Inicio de Curso de los Centros Superiores de Estudios de la Diócesis

Monasterio de la Cartuja

Fecha: 04/10/2007. Publicado en: Boletín Oficial del Arzobispado de Granada. Nº 86-91. p. 324



Antes de comenzar la celebración y el acto académico que habrá a continuación, quería, con toda la sencillez del mundo, darle muy de corazón las gracias al Sr. Cardenal, D. Antonio Mª Rouco, Gran Canciller de la Facultad de Teología de San Dámaso, por haber querido acompañarnos esta tarde, en el momento más importante, en la celebración de la Eucaristía con la que comenzamos el curso académico, y el haber accedido a hacer él mismo la lección inaugural de este curso.

Como todos sabéis, hace unos meses, la Congregación para la Educación Católica de la Santa Sede afilió el recién creado Instituto de Teología “Lumen Gentium” a la Facultad de Teología de San Dámaso. Eso permite a los dos seminarios, que ahora mismo tiene la Diócesis, tener una vida académica propia, recuperando así una tradición muy larga. Nuestro Seminario es, si no el más antiguo, uno de los más antiguos de la Iglesia, y desde el principio fue un lugar de estudio de la Teología y de la Filosofía: un lugar de trabajo intelectual. La afiliación, junto con el Instituto de Filosofía “Edith Stein”, nos permite retomar esa vida intelectual como parte esencial de la vida de la comunidad diocesana. Y para nosotros, sin duda, es una gracia y, al mismo tiempo, un reto. Un desafío importante para poder responder desde la fe en Jesucristo y desde la comunión de la Iglesia, a las necesidades del hombre contemporáneo: al hambre de Dios que tiene el hombre contemporáneo.

Este acto de esta tarde inaugura, si Dios quiere, una pequeña y preciosa tradición: la de tener un acto académico al comienzo de curso, que debe comenzar, como es propio de los cristianos, con la acción de gracias a Dios por la presencia viva de Jesucristo en la Eucaristía. Y, al mismo tiempo, en esa tradición, unimos los diferentes centros académicos que, de un tipo o de otro, tiene la Diócesis. Y aunque están en la invitación y todos los conocéis, me da gusto enumerarlos en este momento. En primer lugar, el Instituto de Teología “Lumen Gentium”, después el Instituto de Filosofía “Edith Stein”; una institución que tiene ya una gran historia en la Diócesis, y que existe desde los años 70 con carácter universitario, que es la Escuela Universitaria de Magisterio “La Inmaculada”; después los colegios diocesanos del Patronato “San Juan de Ávila”, en los que se forman, además de los seminaristas del Seminario Menor, muchos niños y niñas de la Diócesis; y luego también el Instituto para el Estudio del Oriente Cristiano y el Centro Cultural “Nuevo Inicio”. Son un ramillete de pequeñas cosas, algunas muy recientes, apenas nacidas, y otras, en cambio, ya maduras, con una larga historia, con mucha fecundidad, también apostólica, como la Escuela de Magisterio o el Patronato de San Juan de Ávila. Y es un gozo poder reunirnos todos entorno al Señor, darle gracias por el don que significa su presencia, por el don que significa la fe y el estar en la Iglesia, y pedirle, al mismo tiempo, que nos ilumine en la misión preciosa de educar y de transmitir la fe que tenemos en este mundo nuestro y en esta Diócesis nuestra de Granada.

Y, por ser la primera vez que esto sucede, yo le doy muchas gracias al Sr. Cardenal, y os invito, sencillamente, a unirnos todos fervientemente en esta Eucaristía, suplicándole al Señor que nos ayude a responder a lo que Él espera de nosotros en este mundo en el que Él nos ha puesto.

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