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Mons. Martínez habla de D. Juan García-Santacruz tras su fallecimiento

Fecha: 14/03/2011. Publicado en: COPE Granada, en el programa local de las mañanas. 14 de marzo de 2011

Don Juan ha sido un buen pastor, durante sus casi 18 años de dedicación a la Iglesia de Guadix; ella ha sido todo su amor, la razón de su entrega, la dedicación de su mente y de su corazón y de todo lo que hacía y, quienes hemos podido compartir una buena parte de su ministerio, en la cercanía, aquí en Andalucía, hemos podido ser testigos de ese amor suyo por su diócesis y por su pueblo, entrañable, sencillo, pero verdadero, profundamente verdadero, a lo largo de todo su ministerio. Su vida era para la Diócesis. Por eso ahora su muerte siempre lleva el dolor de la separación, pero, al mismo tiempo lleva, la alegría que nace de la esperanza en Cristo resucitado.

Los últimos años de su vida, en particular quienes hemos podido estar cerca de él, han sido años de sufrimiento, un sufrimiento que él ha llevado con una sencillez muy grande, y con un espíritu verdaderamente de Dios, ofreciéndolo por su pueblo y por su Diócesis. Estaba aquejado de dolores y de enfermedades desde hace casi 4 años, y era un testimonio el verle; la forma en que lo ha vivido, ofreciéndolo al Señor, ofreciéndolo por su pueblo.

Los cristianos sabemos que la fecundidad de nuestra vida no está en las obras externas que hacemos, si no en el amor con que vivimos y yo puedo daros fe de que D. Juan tenía todo su amor puesto en el Señor y en el pueblo que el Señor le había confiado, y por eso mira uno la vida eterna con un corazón lleno de esperanza y de gozo. De gozo porque el Señor nos ha dejado pastores, según su corazón, y pastores buenos, a los que podemos mirar para que crezca nuestra fe y se sostenga nuestra fe, y al mismo tiempo de la esperanza de saber que nos reencontraremos de nuevo en la vida eterna.

+ Javier Martínez
Arzobispo de Granada

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