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El gozo de pertenecer a una parroquia y a una diócesis

Carta Pastoral en el Día de la Iglesia Diocesana

Fecha: 13/11/2014

A todos los fieles cristianos de la diócesis de Granada:

El gozo de pertenecer a una parroquia y a una diócesis 

Mis queridos diocesanos, miembros de la única Iglesia de Dios que peregrina en Granada: 

Celebramos un año más el Día de la Iglesia Diocesana. Nacidos de las aguas bautismales, somos miembros de la gran familia de los hijos de Dios que es la Iglesia. ¡Qué tiempos tan provocadores y tan bellos, tan recios y tan abiertos a la gracia, nos ha dado el Señor para vivir! Unos tiempos que nos hablan de un mundo muy necesitado de Dios, muy necesitado de esperanza y muy necesitado de la alegría de un Dios que ama a los hombres. Este es el Dios que anuncia la Iglesia y el Dios en el que creemos: el Dios de Jesucristo.

Igual que muchas familias, padres, hijos, abuelos, se reúnen los domingos para comer y lo viven con alegría, así también la familia de los hijos de Dios nos reunimos el domingo en la eucaristía, en el banquete al que Dios nos convoca y se nos da como alimento vivo que nos fortalece en el amor. Quizá no seamos conscientes de la alegría y del gozo que supone "poder ir a misa". Nos reunimos con nuestros hermanos en el nombre del Señor. Así comenzamos cada eucaristía: "En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo". Por eso, el papa Francisco habla tanto de la alegría de la fe y de la alegría del Evangelio.

En este Día de la Iglesia Diocesana 2014 celebramos que vivimos nuestra fe en una parroquia concreta, en una diócesis determinada con otros cristianos de todas las edades, y con los sacerdotes y religiosos. Celebramos que nos preside en la fe y en la caridad un obispo. Estamos llamados a experimentar todas estas alegrías nacidas del bautismo en el seno de la maternidad de la Iglesia. No vivimos la fe en soledad, sino en comunidad junto a otros hermanos nuestros.

¿Cómo desentendernos de nuestra Iglesia diocesana? ¿Cómo no preocuparnos por nuestra parroquia? En la parroquia hemos recibido el don de la fe por el bautismo, que es el mayor regalo de amor, de misericordia, de comprensión, de alegría, que se nos da. Pero lo que hemos recibido gratis, hemos de darlo gratis. ¿Necesitará mi parroquia algo de mí? ¿Necesitará catequistas? ¿Necesitará mis conocimientos profesionales como voluntario? ¿Necesitará que sea generoso con mi dinero?

Por eso, "Participar en tu parroquia es hacer una declaración de principios". Es reconocernos hijos de Dios, hermanos unos de otros, miembros de la misma comunidad parroquial, insertada en la gran comunidad de la diócesis. 

Pidamos todos al Señor que, en el marco del Sínodo Extraordinario sobre la familia, sepamos todos hacer de cada comunidad parroquial, de cada grupo y de cada comunidad y de cada movimiento y de cada carisma, una familia, una verdadera familia, abierta siempre (para que la vida no cese de fluir) a la gran familia de la Diócesis, en la que se realiza y se manifiesta, en comunión con el Santo Padre y con toda la Iglesia, el misterio de Cristo presente en nuestro mundo, para la vida de los hombres. 

Pidamos en este momento también todos juntos por la paz, por la paz en Ucrania y por la paz en el Medio Oriente, y especialmente en Siria y en Irak, donde tantos hermanos nuestros están dando un precioso testimonio de su fe, de fidelidad a Cristo y a su amor por los hombres, de que ese don es nuestra posesión más precisa, puesto que “tu gracia vale más que la vida”.

Os abrazo y os bendigo a todos de corazón.

+ Javier Martínez Fernández
Arzobispo de Granada

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