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Rezamos para que el amor triunfe sobre el odio. Meditaciones en el Martes Santo

Palabras de Mons. Martínez en la Estación de Penitencia en la Catedral el Martes Santo, dedicadas especialmente a las víctimas de los atentados en Bruselas.

Fecha: 22/03/2016

Rezamos para que el amor triunfe sobre el odio

Alocución previa a la Estación de Penitencia de la Venerable Hermandad de Penitencia del Santísimo Cristo de la Lanzada y María Santísima de la Caridad.

Hacer esta oración, primera, ante Nuestro Señor de la Lanzada; en este día hay dos cosas, una la preocupación que tenéis todos de decir “tendremos que abrir los paraguas o mandar a alguien a casa a que me lo traiga, va a seguir lloviendo, va a aclarar o no va a aclarar”. Esa es una preocupación pequeña. Otra, es lo que ha sucedido esta mañana en Bruselas. No podemos olvidarnos de que en el mundo hay odio y de que ese odio es capaz de tener en sus manos unas fuerzas destructoras impresionantes, en unas sociedades como las nuestras que están basadas en la confianza mutua de unos por otros. 

Yo, simplemente, voy a pedir para que el amor triunfe sobre el odio. En este momento, rezamos todas las oraciones de esta noche, las que Dios quiera que podamos recibir, por esta misma intención. Que triunfe el amor sobre el odio, que triunfe la libertad sobre la tiranía, que triunfe la posibilidad de construir unas sociedades de hermanos, de amigos, de personas que buscan el bien de todos, Señor.

Todos juntos.

Padrenuestro que estás en el Cielo,
santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino.
Hágase tu Voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.
Amén

+ Javier Martínez
Arzobispo de Granada
Martes Santo, 22 de marzo de 2016
Plaza de las Pasiegas

 

Por el don de la paz en nuestras familias y en nuestra sociedad 

Alocución previa a la Estación de Penitencia en la Catedral de la Real Hermandad del Santo Vía Crucis, Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Amargura, María Santísima de las Lágrimas y Nuestra Señora de los Reyes. 

Como os he dicho, al llegar esta tarde la primera Estación de Penitencia, hoy todas las oraciones las vamos a dirigir al Señor y a nuestra Madre también, pidiendo el don de la paz. Vamos a pensar en los familiares de las víctimas, en las personas que han vivido de cerca los atentados y que han sentido el horror de ese deseo de destruir y de hacer daño. Y vamos a pedir que el Señor nos dé a todos un corazón en el que la certeza del bien, la búsqueda de la paz, la búsqueda del bien común, prevalezcan sobre todo interés económico, político, del tipo que sea… No hay nada que justifique el sacrificio de una vida humana, absolutamente nada.

Todos juntos, por ese don de la paz en nuestras familias y en nuestra sociedad.

Padrenuestro que estás en el Cielo,
santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino.
Hágase tu Voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.
Amén

+ Javier Martínez
Arzobispo de Granada
Martes Santo, 22 de marzo de 2016
Plaza de las Pasiegas

“Señor del Gran Poder, haz en nosotros el milagro de que no desaparezca la esperanza”

Alocución previa a la Estación de Penitencia en la Catedral de la Real Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y Nuestra Señora de la Esperanza

Algunos de los hombres que han reflexionado más fino sobre el mundo en el que vivimos han dicho que la esperanza era la más heroica de las virtudes y seguramente tenía razón, la tiene. Uno de estos días, un niño de los que se acercaban a mi me decía: “Pero, en el mundo lo que manda es el mal”. Y esa es la imagen que uno puede hacerse fácilmente si uno mira simplemente la cantidad de acontecimientos malos que nos son transmitidos por los medios, por todas partes.

Señor, y Señor del Gran Poder, haz en nosotros el milagro de que no desaparezca la esperanza, esa esperanza heroica a veces, que renazca en nuestros corazones para que sigamos luchando por el bien, luchando por el amor, luchando por una sociedad en la que podamos confiar unos en otros, en la que todos cooperemos al bien común, en la que nadie deseemos el mal de los demás, ni siquiera el de nuestros enemigos, como Tú nos enseñaste Señor.

Padrenuestro que estás en el Cielo,
santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino.
Hágase tu Voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.
Amén 

+ Javier Martínez
Arzobispo de Granada
Martes Santo, 22 de marzo de 2016
Plaza de las Pasiegas

 

“Señor, enséñanos tu humildad y tu amor” 

Alocución previa a la Estación de Penitencia en la Catedral de la Cofradía del Señor de la Humildad, Soledad de Nuestra Señora y Dulce Nombre de Jesús

Cuanto más humana es una sociedad, más se basa en la confianza mutua, más se parece a la vida de una familia, donde todos entramos en un comercio, subimos en un autobús o en un tren, y pensamos, con razón, que quien hace su trabajo y su servicio lo hace lo mejor posible. El odio siempre tiende a deshumanizarnos y el odio nace muchas veces de la búsqueda de poder, de la búsqueda de afirmar un poder que es capaz de dominar una sociedad.

Dios mío, enséñanos esa libertad para dar nuestra vida, esa libertad para amar, que nace de no amar el poder por encima de todo, de usar el poder sólo para servir, de querer construir un mundo de hermanos, de amigos, pese a todas las dificultades y pese a todas las evidencias del poder con que el mal cuenta. Te lo pedimos esta noche con toda nuestra alma, para todos los que estamos aquí, para todos los que estamos cerca, los que vivimos esta noche de Martes Santo, en un día especialmente doloroso y triste.

Señor, enséñanos tu humildad y tu amor, motivo de esa humildad.

Padrenuestro que estás en el Cielo,
santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino.
Hágase tu Voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.
Amén 

+ Javier Martínez
Arzobispo de Granada
Martes Santo, 22 de marzo de 2016
Plaza de las Pasiegas

 

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