San Efrén el Sirio. Los himnos del Ciclo Pascual.
Fecha: 28/03/2016. Publicado en: Colección "Perlas", Editorial nuevo Inicio
A diferencia de lo que sucede con la Encarnación y la Natividad del Señor, las colecciones de himnos de San Efrén que tratan de los acontecimientos de la Pasión y de la Pascua en los manuscritos antiguos no son excesivamente numerosas, aunque habría que interpretarlas de varias maneras: con los textos que se siguen usan en las liturgias de la Iglesia de lengua siríaca, con los himnos sobre el bautismo o sobre la virginidad que se conservan en otras colecciones, o con las numerosas referencias a los acontecimientos de la Pasión y de la Pascua que se hallan en himnos compuestos para otras ocasiones. Por poner un ejemplo, los himnos de la colección llamada del Seol, aunque la ocasión inmediata de su composición pudiera haber sido el traslado de las reliquias de Santo Tomás a la Iglesia grande (la que nosotros llamaríamos la catedral) de Edesa.
Las colecciones explícitamente vinculadas al ciclo litúrgico
pascual son cuatro: los himnos sobre el ayuno cuaresmal (De Ieiunio), los himnos sobre los ácimos (De Azymis), que trataban de distinguir la celebración de la Pascua
cristiana de la celebración judía (la confusión de las dos debía ser frecuente
en una comunidad en buena medida de origen judío), los himnos sobres la pasión
y la crucifixión (De Crucifixione), y
los himnos sobre la resurrección y el tiempo pascual (De Resurrectione). De las dos últimas, se escogen aquí algunos
pocos de los mas bellos y más accesibles. Y se incluye también la primera parte
del himno De Virginitate 25, porque
es una preciosa meditación sobre María y Juan al pie de la cruz.
Un tema que ocupa bastante espacio en estos himnos y en parte
condiciona su perspectiva es la comparación entre la Pascua judía y la Pascua
cristiana. Ese tema nos parece a nosotros lejano, pero no hay que olvidar que
las comunidades cristianas de Siria y Mesopotamia nacieron en lugares en los
que había importantes comunidades judías, y de ellas provenían sin duda un
cierto número de cristianos. Esos cristianos eran mal vistos por sus amigos o
sus familiares judíos, y algunos tenían obviamente la tendencia a mantener sus
prácticas judías al tiempo que participaban de las cristianas. El problema no
era teórico, sino un problema real, cotidiano y doloroso, y seguramente se
agudizaba en torno a la fiesta de la Pascua (la Semana Santa). San Efrén dedica
una parte significativa de sus reflexiones a lo que pudiéramos llamar
“desambiguación” desde el acontecimiento de Cristo.
Pero situados en su tiempo y en su contexto, se trata de
verdaderas joyas de la fe y de la poesía cristianas. Estos himnos pueden
ayudarnos a vivir la Semana Santa, enriqueciendo nuestra vivencia del misterio
Pascual con los acentos del cristianismo de Oriente en su período formativo.
+ Javier Martínez
Arzobispo de Granada